Se
han estudiado cuales podrían ser los efectos indeseados de los
transgénicos en los diferentes ecosistemas, así como los impactos
posibles a la salud. Desde la perspectiva evolutiva, yo lo veo como
una analogía al tema del cambio climático, las tasas en que se han
mutado y seleccionado diversas especies tiene consecuencias en las
interacciones de estos organismos con el ambiente que no son posibles
de vislumbrar claramente, debido a la enorme complejidad
espacio-temporal implícita. Así, que a pesar de la variedad de
estudios que han arrojado algunos resultados, no se puede saber a
ciencia cierta las consecuencias reales y a largo plazo que tendrá
la manipulación genética de los organismos. Es muy alarmante por la
gran incertidumbre que existe, pero por la misma, no se puede
asegurar si en verdad tendrán impactos catastróficos o si serán
realmente tan nobles como las intenciones, al menos filantrópicas,
de su producción esperan. Con base en esto mi postura es el principio precautorio.
Además, los
interesados en la producción de OGM están enfocando sus actividades e
investigaciones en el mismo modelo que ha deteriorado el ambiente y
que ha estado muy alejado de la sustentabilidad, abriendo un espacio
más de marginación e imposición de una cierta visión de
desarrollo, sin tomar en cuenta la diversidad cultural y de
tradiciones de producción, siendo una metáfora realizada la
contaminación de la biodiversidad por OGM.
Mientras
que el estado no tenga como finalidad trabajar para el bien común y
el desarrollo humano en toda su complejidad, y establezca
lineamientos con base en los intereses de la economía de mercado con
valoraciones solamente crematísticas, habrá muchas consecuencias
indeseables que pondrán en riesgo la seguridad ecológica.
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